En la clase teórica de esta
semana se llevó a cabo un debate: “¿A favor o en contra del libro de texto?”,
siguiendo el modelo Lincoln-Douglas.
Para ello, previamente tuvimos
que realizar la búsqueda de argumentos que estuvieran a favor y en contra del
uso del libro de texto en el aula.
La clase se dividió en tres
grupos: los que estaban a favor del libro de texto, los que estaban
en contra de su utilización (de cada uno de estos grupos, tres de los
componentes eran los oradores y el resto les apoyaba dándoles información) y
los jueces, encargados de poner en duda a los dos equipos, diciendo los puntos
que no se habían defendido o los datos erróneos que habían proporcionado.
Entre los argumentos que
defendían el uso del libro de texto estaban: es un recurso muy
planificado que permite al profesor ahorrar tiempo, los contenidos están
adaptados, con imágenes correspondientes a la edad de los niños, con él se
trabajan los contenidos establecidos en el currículo y son una buena guía para
el profesorado.
Por el contrario, entre los
argumentos que ponen en duda su empleo en el aula podemos encontrar: conlleva a
la desprofesionalización de los profesores, pues no elaboran sus propios
recursos didácticos, son demasiado caros, propician que los alumnos aprendan
por repetición y memorización en lugar de por comprensión de los contenidos y
presentan los contenidos de forma aislada.
Con esta actividad pude
plantearme si el libro de texto que tanto he utilizado durante toda mi etapa
académica, y que aún se sigue usando, es beneficioso o perjudicial y en qué
medida, pues nunca había pensado en ello. Además, con el debate en clase conocí
otros argumentos distintos a los que había encontrado.
Estoy a favor del libro de texto, pero siempre haciendo
un uso moderado del mismo, sin dejar que sea el único recurso que empleemos y teniendo en cuenta que disponemos de otros, como la tecnología, la cual podemos ir intercalando en nuestra
metodología en el aula.
En cuanto a la clase práctica del
miércoles, estuvimos viendo el Software libre, impulsado por Richard Stallman, el cual tiene que cumplir cuatro libertades para ser libre (libertad 0, libertad 1, libertad 2 y libertad 3).
Además, realizamos una práctica consistente en buscar tres recursos didácticos para Educación Infantil, los cuales tenían que tener la licencia Creative Commons, lo que significa que son libres y que cualquier persona puede hacer uso de los mismos.
Me ha parecido muy interesante esta práctica, ya que me ha hecho hacer un buen uso de Internet, teniendo en cuenta la privacidad de los recursos que encontraba, pues nunca antes me había parado a pensar si lo que copiaba era compartido y me estaba permitido hacerlo.